Cada profesional del Trabajo Social tenemos unas maneras propias de entender la intervención social. En esta entrevista que me realizaron en el año 2017 para la Revista del Colegio Profesional de Trabajo Social de Sevilla dejo algunas de mis visiones. Aunque ha pasado tiempo desde entonces y algunas cosas han cambiado, me gusta porque en ella vuelvo a recordar mis orígenes en la profesión. Aquí la comparto contigo:
¿Qué relación pueden tener la creatividad, el arte, las emociones y el cuerpo en Trabajo social?
Inmaculada Sánchez Márquez nació en Jerez en 1979, y se trasladó a Sevilla para estudiar Trabajo Social en la Universidad Pablo de Olavide. Desde entonces su vida sigue vinculada a esta ciudad y Universidad, creando una vida  canalizada por el arte y las emociones y que hoy desarrolla desde su labor como docente y como emprendedora.
Mujer Semilla ~ Blog: Trabajo Social arte y emociones
Inmaculada, ¿cómo se define a sí misma en el plano laboral?

Como profesora del Departamento de Trabajo Social de la Universidad Pablo de Olavide y docente para instituciones públicas y privadas, pongo mis conocimientos de Trabajo Social y Antropología al servicio del bienestar, desarrollo y autoconocimiento de las personas con las que comparto camino. También soy emprendedora y dirijo el proyecto de Arteterapia y FormAcción «Terapias Con Arte», facilitando procesos terapéuticos individuales y grupales a través del Arteterapia y el trabajo con el cuerpo. Especializada en cuestiones de género, realizo talleres de empoderamiento femenino y feminista a través de la creatividad, el movimiento, el coaching y el ritual. En resumen, me gusta considerarme mujer en crecimiento, “mujer semilla”.

Su vida profesional ha estado ligada de manera continuada a la Universidad, ¿cómo ha sido esa relación?

Pues ya han pasado 20 años desde que pisé la Universidad Pablo de Olavide, y sigue en mi memoria el día que mi familia me trajo en coche desde Jerez para conocerla. Recuerdo el calor del verano, una universidad recién creada, los nervios rellenando sola los papeles de la matrícula, una ciudad que desconocía y donde no tenía apenas contactos, la ilusión por una nueva vida, los miedos ante lo desconocido… Estudié Trabajo Social en la promoción 1997-2000, para después seguir estudiando Antropología y entrar a trabajar con una beca en la recién creada Oficina de Voluntariado en la Universidad Pablo de Olavide. Sin saberlo comenzaba la primera de muchas ocasiones en las que he continuado ligada a esta Universidad de manera profesional hasta el día de hoy.

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Mientras tanto, he tenido la suerte de trabajar a lo largo de estos años en puestos y responsabilidades que me han apasionado dentro del mundo de las Ong, siempre en relación con la exclusión social, participación ciudadana, voluntariado social, género y educación para el desarrollo. La semilla que soy ha ido creciendo con cada persona con la que me he encontrado como trabajadora social, de todas ellas he aprendido, he crecido, llorado y reído.
Y casi sin darme cuenta me convertí desde mis comienzos en formadora para empresas, la Administración Pública y distintas Universidades. Y es aquí donde mi recorrido me ha seguido enlazando a lo largo de estas dos décadas a la Universidad Pablo de Olavide.

En el curso 2007-2008 conseguí una plaza como profesora asociada. Fue todo un reto y una experiencia de la que disfruté mucho, aprendiendo y compartiendo con el alumnado. Pero la dificultad de compatibilizar este tipo de plaza con un trabajo en una Ong me llevó a tomar la dura decisión de dejar mi plaza a finales de 2011. De este modo volví a trabajar para distintas Ongs, pero esta vez desde mis servicios como profesional independiente. Descubrí que todos mis conocimientos, habilidades, capacidades… de mi vida laboral y de mi vida más personal podían entrelazarse. Creé el proyecto empresarial “Terapias con Arte”, que aúna la intervención social, el Arteterapia y la formación (www.terapiasconarte.com), y con el que durante varios años continué poniendo en marcha iniciativas de Arteterapia y género en la Universidad Pablo de Olavide.

Mi vuelta a la docencia universitaria se produjo recientemente en 2016, y vuelvo agradecida a la vida, cargada de ilusión, energía, nuevos conocimientos y experiencias que poder aportar al alumnado.

¿Qué le hizo integrar el Arte y la creatividad dentro del Trabajo Social?

En 2006 sentí que había dedicado todo mi tiempo libre a ser voluntaria, pero necesitaba cubrir mi tiempo dedicándome también a mi propio ocio. Retomé así mi pasión por la danza, formándome, actuando e impartiendo clases. Pero lo más importante fueron los beneficios que yo sentía que la danza aportaba a mi vida personal, apoyándome en los momentos duros, ofreciéndome otra relación con mi cuerpo, y por ende, más conocimiento de mí misma… Así decidí que “de mayor quería ser danzaterapeuta”. Apareció en mi vida el Máster en Arteterapia, y aunque no era la formación en danzaterapia que yo había proyectado, sí se trataba de una de las tres disciplinas psicoterapéuticas que usan la creación artística (Arteterapia, Danzaterapia y Musicoterapia). He descubierto la importancia del trabajo con las emociones a través de la creatividad, y he aprendido una nueva profesión que para mí es perfectamente complementaria con la de Trabajo Social. A partir de ahí he podido integrar mis dos profesiones. Un ejemplo de ello es el trabajo que he realizado con mujeres inmigrantes, con las que he tenido la oportunidad de desarrollar procesos de empoderamiento personal y laboral, y para los que me he servido de mis conocimientos como trabajadora social y especialista en género a través de sesiones grupales e individuales de Arteterapia.

Mi interés continúa avanzando y actualmente estoy formándome como Terapeuta Corporal Integrativa (TCI), que me permite trabajar directamente las emociones y el cuerpo con personas y grupos. El Arteterapia y la TCI son disciplinas terapéuticas complementarias al Trabajo Social, cuyos conocimientos y procedimientos nos permiten integrar las emociones, el cuerpo y la creatividad para realizar intervenciones más holísticas y desde un nutritivo eclecticismo.

 

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¿Por qué la creatividad, el cuerpo y las emociones son tan importantes para el Trabajo Social?

Nuestra profesión es históricamente creativa. Para trabajar con/junto a/para las personas hemos tenido que adaptarnos a lo que la realidad diversa nos pedía, y de esta manera hemos ido configurando nuestro corpus práctico y teórico. El Trabajo Social muere si se anquilosa en maneras de proceder estáticas, inflexibles y alejadas de las necesidades reales de las personas. Por ese motivo hemos de ser profesionales que demos rienda suelta a nuestra creatividad, para acercarnos a las personas de las maneras más amables, “amorosas”, flexibles y empáticas. En ese sentido existen numerosas experiencias de Trabajo Social utilizando el teatro, la danza, desde las artes plásticas, la música, el juego… En los últimos años cada vez se le da mayor legitimidad al uso de estas disciplinas dentro del ámbito de la intervención social, y la propia Universidad hace ya tiempo que le dio su hueco a través de másteres, desarrollo de tesis, promoviendo investigaciones y proyectos de innovación docente…  Lo mismo sucede con las emociones y con el cuerpo.

 

Los seres humanos somos seres biopsicosociales, y a la hora de realizar un trabajo integral con la persona, grupos o comunidades no podemos desligar cuerpo-mente-emoción-acción.
Así mismo, las y los profesionales del Trabajo Social necesitamos tener un alto nivel de autoconocimiento y de inteligencia emocional. Se nos mueven muchas emociones en nuestro día a día profesional, hacemos proyecciones de nuestras propias necesidades, valores, miedos… Se producen situaciones donde nuestras mochilas emocionales afectan a nuestro trabajo y no podemos vivir inconscientes a esto. Hemos de desarrollar nuestra propia conciencia vital, conocernos, aceptar nuestras luces y sombras y aprender a gestionarlas, si queremos que nuestra labor profesional se realice desde el corazón y no desde el ego.

¿Y cómo se integran las emociones, la creatividad y el Arteterapia dentro de la docencia universitaria?

Existen cada vez más numerosos proyectos de innovación docente, así como iniciativas individuales de profesorado sensibilizado en la educación emocional. Por mi parte he tenido la oportunidad de colaborar recientemente con Encarnación Pedrero, profesora del Departamento de Educación y Psicología Social de la Universidad Pablo de Olavide. Comencé mi colaboración antes de reincorporarme a la docencia universitaria y he continuado una vez se hizo efectiva mi vuelta, implementando una experiencia de innovación docente durante los cursos académicos 2015-2016 y 2016-2017. Para ello hemos utilizado el Arteterapia como herramienta para trabajar la educación emocional con 120 estudiantes del doble grado de Trabajo Social y Educación Social.

Por otro lado, en la cotidianeidad de las clases, realizar dinámicas y ejercicios de autoconocimiento, y facilitar espacios de escucha colocando las emociones en el centro, nos permite promover la educación emocional. Pero ante todo, el trabajar nuestra coherencia personal y nuestro propio desarrollo emocional es el mayor ejemplo que podemos ofrecer como docentes y como personas.

Una de sus facetas profesionales y creativas es la escritura, ¿tiene en mente algún nuevo libro?

Efectivamente. “Las Lubinas que Aprendieron por Amor” verán la luz en poco tiempo. Un cuento en el que las cuatro lubinas protagonistas se encuentran ante situaciones vitales de dependencia emocional y maltrato psicológico, y han de aprender una gran lección: cómo pasar del amor tóxico a amarse y respetarse a sí mismas. Este cuento y su futura guía didáctica de actividades y reflexiones está encaminado al autoconocimiento y dota de herramientas a las/os profesionales que trabajan con mujeres. Es para mí una manera de aunar el Trabajo Social, la creatividad y las emociones, una “semilla” más que aportar al mundo.

Junio de 2017

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Cada dos meses escribo con mucha ilusión el Boletín de Mujer Semilla, donde al creerla imagino que comparto un té con las mujeres a las que acompaño, amo y admiro. Los temas que me mueven y que me apetecen compartir son muchos, así que cada vez será algo diferente: aquí los puedes ver
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