Hay momentos en la vida en que necesitas soltar. La sensación de pesadez ya se hace vieja, compañera innecesaria.
Aunque este poema bien valdría para reflexionarlo en momentos otoñales donde se caen las hojas de los árboles, haciendo un símil con nosotras mismas, cualquier momento del año puede ser adecuado para tenerlo presente en el corazón.
Hoy te lo regalo en forma de imagen-palabra, para que lo leas y te permitas cerrar los ojos, respirar…
Escuchar a tu corazón y permitirle contarte qué necesitas soltar aquí y ahora. Y tal vez sublimarlo en una obra creativa, a tu manera. ¿Hacer una fotografía que te evoque ese soltar? ¿pintar algo, crear algo con tus manos…?
¡Porque los brotes verdes te están esperando y necesitan que les dejes espacio!
Respira, porque la Vida es imparable…
Mudar la piel.
Como las hojas marchitas de mi planta.
Arrancar de mí lo que ya no me pertenece.
Alejar lo que ya no es útil o no me hace feliz.
Cambiar estas hojas que de mí se desprenden por nuevos brotes verdes.
Seguir buscando, a la espera de que, algún día, esas hojas nuevas sean la piel que más se acerque a mi verdadero Ser.
Inmaculada Sánchez Márquez, 2012
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